sábado, 23 de marzo de 2013

Cuidado con el Arrancaplumas ! (Mientras en Honda es un puerto, en Pandi es un lugar de chismes y consejas)


Frente a los samanes y las acacias de barba, y tan pronto como empieza a caer la noche, los cuatro escalones de la casa de doña Adela empiezan a ser ocupados por hombres prestantes y campesinos humildes de Pandi. Las escalinatas bordean la vieja edificación esquinera, donde, durante el día, las vendedoras de frutas y arepas descansan de cuando en cuando.

El sitio, en este municipio cundinamarqués, a 102 kilómetros de Bogotá, es más popular que el mismísimo Puente Natural, a pocos metros de allí, sobre el río Sumapaz, en límites con Icononzo (Tolima); porque es allí donde se raja de todo el mundo .
Curiosamente, y como desafiando aquella supuesta ley que dice que el chisme es patrimonio de las mujeres, en Pandi el chisme es cosa de hombres.
Son ellos los que, todos los días, de 7 de la noche a una de la mañana, se reúnen bajo el alero de la vieja casona para pelar del prójimo. El lugar tiene un calificativo que trasluce la magnitud de los comentarios que allí se cuecen: El Arrancaplumas .
En ese rincón de la plaza central han muerto , por obra y gracia de los desafueros de la palabra, los más dignos representantes de la sociedad pandinense, y han resucitado otros que hace tiempo están bajo tierra. Las más descueradas , no obstante, han sido las mujeres.
Aun cuando en la localidad existen dos peluquerías lugares en donde, usualmente, además del corte de cabello se trasquila de la gente, el sitio destinado a la comunicación de bajo vuelo, en Pandi, es El Arrancaplumas .
Pero es que, además, el propietario de uno de esos salones de corte de cabello, Guillermo, un señor de poco más de 53 años, es sordomudo. El otro, Diógenes, tiene como clientela a jóvenes y jovencitas que invierten el tiempo en discutir los últimos alaridos de la moda antes que en los deslices amorosos de misiá fulana .
Muerto prestado El Arrancaplumas es como dice Gustavo Beltrán, profesor del Colegio Departamental Nacionalizado Francisco José de Caldas la plataforma del chisme , en un pueblo cuyo casco urbano no pasa de tres calles y tres carreras.
Pero, por fortuna, los comentarios que allí se cocinan muy rara vez han ocasionado tragedias que lamentar. Tan solo hace cosa de siete años, dice Beltrán, un muchacho fue muerto en el lugar, durante una riña con otro, por quién sabe qué chisme .
Y éste, además, ha sido uno de los pocos casos violentos que se han presentado en los últimos años en la pequeña localidad de la provincia del Sumapaz.
Durante el año que yo llevó aquí comenta el alcalde Joaquín Carrillo sólo se han presentado tres peleas; de ellas, dos fueron protagonizadas por gente que no era de acá .
Al único puesto de salud de la cabecera municipal llegan, excepcionalmente, personas con heridas provocadas por accidentes caseros, o casos de embarazo. A esto se reduce la tarea del centro asistencial, en un pueblo donde según sus habitantes el promedio de vida de la gente es de 80 años.
Aquí dice el profesor Beltrán la gente se muere de vieja . Y remata su comentario con un chiste fabricado en las escalinatas de El Arrancaplumas : dicen que para inaugurar el cementerio del pueblo tuvieron que traer un muerto de otra parte .
Lo cierto es que por las calles y caminos de la tranquila población se pasean los ancianitos, vigorosos todavía, empuñando si acaso un bastón que les ayuda a caminar.
La localidad tiene 5.500 habitantes, el 60 por ciento de los cuales de acuerdo con estadísticas de la alcaldía son mayores de 40 años. Por su agradable clima, 24 grados centígrados, y la tranquilidad que se respira, el municipio ha sido escogido, últimamente, como refugio de pensionados.
Al buen clima según Carrillo se agregan otros dos factores: su cercanía con Bogotá y la saturación de poblaciones turísticas como Melgar y Chinauta.
Estas ventajas han disparado, en los últimos años, el valor de la tierra en la población. Hasta hace dos años, una hectárea valía entre 600 y 700 mil pesos. Hoy, en cambio, cuesta hasta tres y medio millones de pesos.
La gente dice que sólo una vez al año El Arrancaplumas no es frecuentado. El 6 de agosto, Fiesta del Señor de la Salud. Para esa fecha, el municipio recibe gran cantidad de turistas que vienen a orar por su salud o la de sus seres queridos. Es tal el número de visitantes, y tan pequeño el pueblo para acogerlos, que es necesario cerrar las entradas y no permitir el ingreso de vehículos.
Pero al siguiente día, los señores de El Arrancaplumas continúan la tarea de descuerar a vivos y muertos, derrumbando, de paso, aquella vieja creencia de que el chisme es cosa de mujeres.
Cámbulos y gualandayes El 15 de julio de 1793, el español Juan Agustín de Chávez fundó la Parroquia de Blancos de Pandi. El pasado sábado, los habitantes celebraron, por todo lo alto, los 200 años de esta pequeña población, al occidente de Bogotá.
El municipio es dueño de un gran potencial turístico: el Puente Natural sobre el río Sumapaz, en límites con Icononzo (Tolima); las Piedras de El Helechal, con grabados de los antiguos pobladores; la Piedra del Equilibrio, a cinco kilómetros de la cabecera municipal, y la piscina de aguas azufradas, a orillas del Sumapaz.
Además, su vegetación, inmortalizada por la famosa canción que dice Camina mi amor, camina/ Camina conmigo a Pandi/ Ahora que están floreciendo/ Cámbulos y gualandayes.
Aunque el fuerte económico de la localidad fue el café y la caña de azúcar, estos cultivos han sido sustituidos, últimamente, por cítricos y guanábana.
Se han ampliado tan ostensiblemente estas siembras que, en este momento, ya hay varias industrias frutícolas interesadas en montar sus plantas en el área de Pandi , dice el ingeniero forestal Jorge Alberto Solano, natural del municipio.
Publicación
eltiempo.com
Sección
Otros
Fecha de publicación
23 de julio de 1993
Autor
NUBIA CAMACHO B
.
Tomado de:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-176894

No hay comentarios:

Publicar un comentario